Muchos profes de yoga siempre decimos: «Hay que fluir».

Hay que permitir que el flujo de la vida te marque el rumbo, soltar el lastre de las inseguridades, los miedos, la culpa o el rencor.
Fluir significa aceptar lo que llega y aceptar lo que se va. Disfrutar de lo nuevo y decir adiós a lo que se marcha con el corazón sereno. Dejarse guiar por lo que acontece con naturalidad, sin forzar nada, sin forzarnos a nosotros mismos, sin oponernos a lo que es ni a lo que somos. Fluir es permitir y al mismo tiempo disfrutar. Fluir es… activar la magia…

Y es que perdemos mucha energía en enfrentarnos a la realidad que no nos gusta. Nos empeñamos en cambiarla desde el enfrentamiento, el rechazo o la crítica, sin darnos cuenta de que no solo no lo conseguimos, sino que cada vez nos sentimos peor.
Para cambiar algo, primero debemos mirar en nuestro interior, porque lo que pasa en el exterior, es un reflejo de lo que pasa dentro de nosotros… y es que somos los creadores de nuestra propia realidad.

Cada día me encuentro más personas que equiparan el trabajo con el éxito y la felicidad, y dedican toda su vida y energía a ello (pensando que esa es su misión de vida). Y yo en verdad te digo que la base de tu vida es La Libertad, tu meta La Alegría y el resultado de la combinación de estos dos elementos es El Crecimiento.

Relájate, investiga, hazte preguntas, no te conformes. La vida es muchísimo más… tú lo sabes. Namasté